sábado, 9 de octubre de 2010

True Blood




No es ningún misterio,ni una novedad, el que me gustan las historias de vampiros.

Estan de moda, (quizá dirán algunos que raya en lo molesto, porque se explota el tema hasta el mas allá, y nunca mejor dicho :P).

Tenemos temas Crepúsculares, Diarios Vampíricos, y como no, Sangre Fresca.


Esta serie ,a pesar que a veces busca excesivamente escandalizar con litros de sangre, y contenido sexual, tiene la virtud de reírse de sí misma, y ya de paso de la represión, el fanatismo,la superstición y estereotipos y .. tiene bichejos fantásticos e historia de amor... perfecto!


Esta tercera temporada, para mí, de momento la mejor de las tres, me ha motivado a realizar un pequeño homenaje.

Estos son Bill y Jessica. Son padre e hija vampíricos; él se ve obligado a convertirla,(la pasada temporada), y "educarla" en su nueva forma de vida.

A Ella, que es una chica reprimida de un pueblucho del sur americano no les gusta demasiado la sangre embotellada.

Forman una pareja curiosa y divertida, y me apetecía retratarles como en las fotos antiguas (ya que el nació en el siglo XIX), solo que a ella no le apetecía mucho posar con su "papaíto".